AGUA


TRATAMIENTO AGUA OZONO

El uso del Ozono se incrementó en los últimos años en el mundo entero, su utilización industrial en la purificación de agua potable se conoce desde hace más de 70 años. Actualmente, la ozonización del agua está ganando aceptación a nivel mundial, principalmente como alternativa a los productos químicos tradicionales, debido a la gran capacidad destructora (oxidante) del O3 y por la rapidez en que se disgrega su tercer átomo volviéndose oxígeno (O2) es empleado con absoluta seguridad, con resultados óptimos e infinitamente más confiables que los obtenidos con otros productos químicos.
En el tratamiento del agua, el ozono actúa como el agente oxidante natural más rápido y efectivo que existe, es un poderoso bactericida, virulicida y fungicida, destruye los microorganismos rompiendo por oxidación su capa protectora.
Cuando se habla del Ozono en el agua, éste es reconocido como el desinfectante más potente y veloz. Debemos de tener en cuenta la demanda de O3 que tenga el agua. Es decir, no todo el OZONO se consumirá en la acción desinfectante, sino que el contenido de materia orgánica en el agua nos hará aumentar las concentraciones residuales y por lo tanto el aporte de Ozono.
De igual manera, algunos factores como: la temperatura del agua, su pH, la agitación y los sistemas de aporte de ozono nos harán variar los tiempos de contacto necesarios. Si la temperatura del agua es baja, se ve favorecida la acción germicida del Ozono. A altas temperaturas este se volatiliza, por disminución de la concentración que puede almacenar el agua.

Ventajas del uso del ozono en el tratamiento de aguas:

• Degradación de sustancias orgánicas
• Desinfección Inactivación de los virus
• Mejora sustanciosa de sabores y olores
• Eliminación de olores extraños
• Eliminación de las sales de hierro y manganeso
• Floculación de materias en suspensión
• Eliminación de sustancias tóxicas
• Desestabilización de materias coloidales.

La Ozonización elimina el color causado por el hierro, manganeso o la materia carbonosa y los sabores y olores debidos a la presencia de materia orgánica. Se produce una floculación.
Elimina la turbiedad, el contenido de sólidos en suspensión y las demandas químicas y biológicas de oxígeno. Además puede eliminar detergentes y otras sustancias tensioactivas. El grado de eliminación dependerá de la cantidad de Ozono utilizada.
El Ozono es un poderoso desinfectante. No sólo mata las bacterias patógenas sino que además inactiva a los virus y otros microorganismos que no son sensibles a la desinfección ordinaria con cloro.
La ozonización es más económica que la supercloración seguida de una decoloración y del mismo costo que la cloración ordinaria.
Si no existe posterior recontaminación, el Ozono residual es suficiente para efectuar una desinfección común. Además, no produce aumento en el contenido de sales inorgánicas ni subproductos nocivos en el agua tratada.

El uso del ozono en el tratamiento del agua permite conseguir, entre otras, las siguientes aplicaciones:
• Acuicultura y piscicultura.
• Decoloración completa del agua.
• Desinfección de botellas y recipientes.
• Desinfección de conductos y utensilios.
• Disminución considerable del contenido de detergentes.
• Eliminación completa de los fenoles.
• Eliminación de los sabores y olores indeseables.
• Eliminación de nitritos.
• Eliminación de orgánicos como pesticidas, herbicidas, fenoleles.
• Embotellado de bebidas.
• Inactivación de virus.
• Lavado de botellas y recipientes.
• Lavado de frutas y verduras.
• Precipitación del hierro y manganeso.
• Reducción de DBO Y DQO.
• Torres de refrigeración.
• Transformación de alimentos.
• Tratamiento aguas subterráneas.
• Tratamiento de agua potable y residual.

Algunas de estas características permiten que el ozono consiga resultados sorprendentes en los tratamientos de las aguas, gracias a su poderoso potencial oxidante con contaminantes convencionales como el hierro, manganeso, proteínas, ácidos aminados o ácidos húmicos, componentes que degradan el sabor, color y olor de las aguas. El ozono también oxida microcontaminantes orgánicos, como los detergentes, fenoles, hidrocarburos, pesticidas, herbicidas o fertilizantes minerales.