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Ozono: Modulador del sistema inmunológico

sistema inmunologico con ozonoterapia

Primero, vamos a definir qué significa “modular”. Según la Real Academia Española modular es “modificar los factores que intervienen en un proceso para obtener distintos resultados”. Entonces, cuando se dice que el ozono tiene efecto modulador en el sistema inmune, ¿qué quiere decir? Quiere decir que aumenta o disminuye la producción de determinadas sustancias, a fin de restablecer el equilibrio perdido en el sistema. O sea que, si hay un exceso de citocinas, que son proteínas encargadas de comunicar a los glóbulos blancos entre sí, el ozono hace que disminuyan. Pero, si hay pocas citocinas y hay una bacteria o virus presente, el ozono hace que aumenten para poder combatir al microorganismo.
El sistema inmunológico es el encargado de defendernos de agentes patógenos, es decir, elementos que nos causan daño, como bacterias, virus y hongos. Cuando el sistema inmune está débil, habitualmente decimos que la persona tiene “las defensas bajas”, y que está predispuesto a contraer alguna infección, porque los leucocitos, o glóbulos blancos, que son las células que lo protegen, no funcionan bien. Por el contrario, cuando el sistema inmune está activado por demás, tampoco funciona bien, porque desconoce a las células del propio cuerpo y las ataca; éste es el caso de las conocidas enfermedades autoinmunes.
Se dice que el ozono es un Modulador de la Respuesta Biológica porque tiene múltiples acciones, y genera señales intracelulares (dentro de las células). Anteriormente hablamos de las citocinas, que comunican a las células entre sí. A ello le sumamos ahora la comunicación dentro de las células. El principal señalizador generado por el ozono es el H2O2, su nombre químico es peróxido de hidrógeno, y este compuesto es comúnmente conocido como agua oxigenada. El H2O2 induce la proliferación de las células inmunes, y su presencia, junto con los lipoperóxidos, es un marcador biológico asociado con la mejoría del sistema inmunológico. Los lipoperóxidos se forman cuando el ozono oxida a los ácidos grasos insaturados presentes en la membrana de las células, esto ocurre en fracciones de segundos. Se ha descrito que esos compuestos favorecen la actividad de los neutrófilos y su función fagocítica. Los neutrófilos son los leucocitos más abundantes, y son los primeros en acudir ante un agente extraño, por eso se dice que constituyen la defensa inespecífica del organismo. Destruyen las bacterias a través de la fagocitosis, que es el mecanismo por el cual captan partículas sólidas, como microorganismos y restos celulares, las engloban y las introducen en el interior de la célula con el fin de eliminarlos.
En enfermedades inmunodeficientes (sistema inmunológico débil) las infecciones son severas, recurrentes y crónicas. Esto supone un medio ambiente celular poco oxigenado, lo que conduce a un mal funcionamiento de la actividad defensiva leucocitaria, por fallo en la eliminación de los gérmenes y el ataque a células sanas. El ozono, al aumentar significativamente los niveles de oxígeno en la sangre, no solo durante su administración sino durante largos períodos, podría facilitar las condiciones para que la actividad defensiva leucocitaria cumpla su función; además, modula su respuesta y evita autoagresiones.
Durante las infecciones crónicas (de larga duración), los procesos defensivos de las células fagocíticas ya no son capaces de destruir las bacterias, por insuficiente formación de H2O2; es a este nivel donde se aprecia la positiva influencia de los peróxidos formados durante el tratamiento con O3. También se ha evidenciado un incremento de producción de anticuerpos relacionado a la ozonterapia.
En el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) se produce un estrés oxidativo crónico, por lo tanto, el sistema de defensa antioxidante está alterado. En este síndrome se observó una disminución de la carga viral de más del 30% e incremento de los valores de linfocitos TCD4+ (ver nota sobre VIH) después de la terapia con O3.
Por otro lado, las enfermedades autoinmunes se caracterizan por desconocer componentes propios del organismo y atacarlos. En estas enfermedades las citocinas inhibitorias están suprimidas. Estas citocinas son las que controlan que el sistema inmunológico no se active en exceso. En este contexto, la terapia más efectiva será la que logre restablecer el balance entre ambos patrones. La ozonoterapia no puede intervenir sobre las causas primarias de la enfermedad, pero es capaz de revertir el efecto del estrés oxidativo crónico y modular el patrón de citocinas hacia el aumento de las inhibitorias. Así, con ozonoterapia le logra incrementar la liberación de antagonistas de las citocinas, estas son sustancias que bloquean la acción de la citocinas y son capaces de suprimir la toxicidad celular autorreactiva.
En conclusión, la ozonoterapia a través de la estimulación del sistema antioxidante de los leucocitos logra equilibrar el desbalance provocado en ambas situaciones extremas, inmunodeficiencias y enfermedades autoinmunes.

Para información más detallada y técnica al respecto encontramos útil el siguiente artículo académico de revisión:
Díaz-Luis J, Macías-Abraham C, Menéndez-Cepero S. Efecto modulador de la ozonoterapia sobre la actividad del sistema inmune. Revista Cubana de Hematología, Inmunología y Hemoterapia[revista en Internet]. 2012; 29(2): 143-153.
Disponible en: http://www.revhematologia.sld.cu/index.php/hih/article/view/27

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Asociación Argentina del Ozono - ADELO