Terapia Gravitacional

Terapia gravitacional | El Endotelio

El endotelio hace referencia a una capa unicelular de células endoteliales (CEs) que recubre vasos sanguíneos (arteriales y venosos), vasos linfáticos, cavidades cardíacas, cuerpos cavernosos y cámara anterior del ojo.
Las CEs se orientan en el sentido del flujo sanguíneo. El endotelio constituye una estructura única en el organismo humano que hace veinte años se consideraba como un recubrimiento pasivo que permitía el paso de células y moléculas al interior de los tejidos vecinos.
En las últimas dos décadas se ha estudiado la CE de humanos en cordón umbilical, vellosidades sinoviales, prepucio, placenta y tejido adiposo de mama y abdomen.

El endotelio del cerdo ha sido utilizado como modelo animal por ser muy semejante al del humano.

Este órgano se encuentra comprometido en la vida y muerte del organismo animal. Interviene en procesos de embriogénesis, histogénesis, organogénesis, cicatrización, angiogénesis, tumorigénesis y metástasis.
El endotelio cumple una función vital de defensa del huésped e interviene en la organización de trece barreras (algunas de ellas con características de santuarios inmunológicos): alvéolo-capilar, placentaria, hepática, glomerular, hemato-encefálica, hemato-nerviosa, hemato-líquido cefalorraquídeo, hemato-oculares (hemato-retiniana y hemato-acuosa), hemato-testicular, hemato-esplénica, hemato-tímica y hemato-hematopoyética. La investigadora Ryan opina que todas las patologías tienen origen endotelial.
El endotelio es la piel interior del organismo animal. Se le considera una paraneurona perteneciente al sistema neuroendocrino difuso. La CE juega un papel importante en la regulación de la permeabilidad capilar, metabolismo de las lipoproteínas y envejecimiento tisular.
Una de las características más sorprendentes del recubrimiento endotelial es su capacidad de mantener la sangre en estado líquido aún en contacto prolongado con la pared vascular.
El mecanismo molecular de esta hemocompatibilidad del endotelio normal está dado por la expresión de trombomodulina, activadores del plasminógeno y glicosaminoglicanos de tipo heparán sulfato que pueden interactuar con la antitrombina III, todos producidos por el endotelio.

Pero al mismo tiempo el endotelio es capaz de sintetizar moléculas estabilizadoras del coágulo sanguíneo y producir trombosis al sintetizar: el inhibidor del activador del plasminógeno (PAI – 1), el factor tisular, la interleuquina 1, el factor de necrosis tumoral – alfa; todas estas citoquinas sintetizadas por el endotelio.
El recubrimiento endotelial tiene funciones vasoconstrictoras y vasodilatadoras, procoagulantes y anticoagulantes, proinflamatorias y antiinflamatorias, promueve el crecimiento celular y lo inhibe y favorece y detiene el proceso de angiogénesis.
Además, el endotelio presta el escenario y participa activamente en la respuesta inflamatoria y en el fenómeno inmunológico.

Es blanco, pero también elemento activo en todos los procesos patológicos; por ejemplo, el endotelio interviene activamente en reacciones inmunológicas (lupus eritematoso sistémico, esclerodermia, fenómeno de Raynaud, psoriasis, preeclampsia, enfermedad de Kawasaki, evento asmático), respuesta inflamatoria (artritis reumatoidea), crecimiento tumoral y proceso metastásico.

Es evidente que el órgano endotelial interviene en todos los procesos fisiológicos y patológicos del organismo animal. Para lograrlo, es capaz de sintetizar una catarata infinita de moléculas que cumplen funciones vasoactivas y hormonales.

Además sintetiza neuropéptidos, neurotransmisores, citoquinas, factores de crecimiento, moléculas de adherencia y receptores de membrana. También expresa funciones autócrinas, parácrinas y endócrinas.

El endotelio, con comportamiento circadiano, temprano en la mañana es diferente, aumenta la síntesis de PAI – 1 y disminuye su actividad fibrinolítica, lo cual coincide con aumento en la actividad del simpático y aumento en la agregabilidad plaquetaria. Por lo tanto, se sospecha que ésta es la razón por la cual los accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares son más frecuentes en horas tempranas, en la mañana.

La célula endotelial

El endotelio está constituido por CEs poliédricas unidas entre sí por un sistema de uniones intercelulares de tipo íntimo (zónula occludens), discontinuo (fascia occludens, unión desmosomal) o de gap junctions siendo el más común el tipo ocluyente, impermeable al tráfico celular y molecular.

Ejemplos típicos de la variedad de unión ocluyente serían el endotelio de la barrera hemato-encefálica (BHE) y el endotelio de vasos mayores, medianos, y aún capilares de ciertos territorios como el del tejido adiposo.

El endotelio le da a la BHE una resistencia transvascular de 1500 ohmios. El endotelio de la BHE, es selectivamente impermeable, capaz de biotransformar las drogas gracias a la acción del gen multidroga resistente (glicoproteína P), comportándose como un santuario inmunológico.
Las organelas de la CE están representadas por un citoesqueleto, mitocondrias de número variable de acuerdo con la función del órgano (abundantes en BHE y miocardio, escasas en endotelio endocárdico), cuerpos de Weibel – Palade (que secuestran la proteína de von – Willebrand, el factor VIII antihemofílico, la selectina P y el activador del plasminógeno tisular), retículo endoplasmático, ribosomas, lisosomas y Golgi.

La CE ostenta una vesiculación especial (parecida al burbujeo de una copa de champaña) llamado tráfico pinocitósico, abundante en ciertos endotelios (cordón umbilical) y muy escaso, casi nulo, en la BHE. Estudios morfométricos muestran que en el miocardio hay aproximadamente 1000 vesículas pinocitósicas por micra cúbica mientras en el endotelio pulmonar se aprecian aproximadamente 100.

La personalidad de la CE varía en cada barrera, en cada territorio tisular, en arterias y venas, en microcapilares y en la misma arteria según el segmento.
Estos cambios en su función van de la mano con cambios en la histología de la CE y la morfología de las estructuras de sostén incluyendo la membrana basal y la matriz extracelular.
La CE reposa sobre la íntima, en microcapilares la CE está en íntimo contacto con el pericito (célula pluripotente, indiferenciada y competente) que abraza la CE conformando un sincitio.
En vasos de mayor calibre la CE reposa sobre un lecho de células mesenquimales indiferenciadas, de linaje hematopoyético, que posiblemente son las que se diferencian en CEs en procesos de reendotelización.

Cuando Furchogott y Zawadski (1,2) propusieron que el endotelio estimulado con acetilcolina secretaba una sustancia con capacidad vasorrelajante, comenzó una intensa investigación que llevó a la identificación de ese factor relajante derivado del endotelio como el óxido nítrico (NO).
Otras sustancias vasoactivas liberadas por el endotelio son la prostaciclina, la bradicinina, la angiotensina II y la endotelina (3).

Los factores liberados por la célula endotelial van a ser fundamentales en la regulación del tono vascular. Un balance correcto entre los factores vasoconstrictores liberados por el endotelio (angiotensina II y endotelina) y los vasodilatadores (prostaciclina, bradicinina y NO) va a permitir el mantenimiento de un tono vascular normal, que en condiciones fisiológicas es ligeramente vasodilatador.
Sin embargo, en una situación en la que este balance se desplace hacia el predominio de vasoconstricción, el tono vascular aumentará dando lugar a una situación de hipertensión.

Algunos de estos factores de origen endotelial no sólo tienen un importante papel como moduladores del tono vascular sino también en las interacciones que existen entre las células endoteliales y otras células componentes del microentorno vascular, como las células de la sangre.

El endotelio vascular recubre la pared interna de los vasos sanguíneos como una lámina continua. Actualmente se considera que es como un compartimento tisular de grandes dimensiones y de particular importancia funcional.

El endotelio es la capa de células que cubre el interior de los vasos sanguíneos, como una epidermis que facilita el desplazamiento de la sangre.

Respecto a su tamaño, se debe considerar que una persona de 70 kg. de peso tiene una masa de tejido endotelial de 1000 a 1500 g aproximadamente.
Esta superficie está continuamente en contacto con 5- 6 litros de sangre circulante; en otras palabras, 5-6 ml. de sangre están expuestos a un área endotelial de media de 0,8 –1 m2, por lo que se puede sacar un importante conclusión: el grosor de la capa de sangre que baña el endotelio es de aproximadamente 5 micras.

Este órgano puede ser afectado por varios factores internos que pueden manejarse con la terapeútica, pero que dependen en gran parte de la constitución individual, como serían la hipertensión arterial, la diabetes y el colesterol. Existe un factor externo que lesiona el endotelio y que depende del estilo de vida, del comportamiento de las personas: Este es el tabaco, causa de disfunción endotelial.
Los estudios detallados de las interacciones entre el endotelio y los componentes de la sangre han podido iniciarse en los últimos años. Durante este período se han desarrollado y se han hecho asequibles nuevos métodos analíticos y técnicas de cultivo más sensibles, así como preparaciones vasculares in vivo e in vitro.
Estas innovaciones han permitido conocer mejor a las células endoteliales, sobre todo en lo que respecta a sus propiedades bioquímicas, inmunológicas y fisiológicas.

Los resultados obtenidos no dejan lugar a dudas acerca de que el endotelio vascular juega un activo y decisivo papel en las interacciones de la sangre con la pared vascular y los tejidos adyacentes.

Ha dejado de ser considerado una barrera selectiva que contiene al plasma y elementos formes de la sangre permitiendo el intercambio de nutrientes y desechos, y es considerado actualmente como un órgano.

Un aspecto clínicamente importante es que la funcionalidad del endotelio se ha demostrado alterada en diversas patologías y condiciones, como la hipertensión, hipercolesterolemia, insuficiencia cardíaca congestiva, menopausia, infarto de miocardio, diabetes, etc.

Esta deficiente funcionalidad endotelial se caracteriza por una mala respuesta vasodilatadora para los agentes que ejercen su efecto hipotensor a través de la estimulación de la generación de NO por el endotelio. Por tanto, para conocer los mecanismos íntimos de la génesis de la disfunción endotelial tenemos que conocer cómo se genera el NO en el vaso y cómo actúa sobre las células de músculo liso vascular.

Síntesis y liberación de NO por la pared vascular

El NO se forma mediante la conversión metabólica d e L-arginina en L-citrulina. Esta reacción está catalizada por una familia de enzimas denominadas NO sintasas (NOS) (6,7).
En los vasos existen al menos dos isoformas de NO sintasa: la primera de ellas, llamada NOS endotelial (NOSe) o según la nomenclatura actualizada NOS III, se localiza en el endotelio de la pared vascular.
La isoforma NOSe está constitutivamente expresada en las células endoteliales y genera cantidades pequeñas de NO durante períodos de tiempo cortos, es dependiente Ca2+-calmodulina y su actividad es regulada por agentes vasoactivos como la acetilcolina o la bradicinina

La segunda isoforma de NOS presente en la pared vascular se denomina inducible (NOSi) o NOS II. Prácticamente no se expresa en condiciones fisiológicas, pero es inducida (de ahí su nombre) por citocinas como interleucina-1b (IL-1b) o el factor de necrosis tumoral-α (TNF-α) o endotoxinas como el lipopolisacárido de E.coli.

El sistema NOSe es Ca2+ independiente y genera cantidades elevadas de NO durante períodos de tiempo prolongados, siendo su actividad clínica más evidente en el shock séptico.

Funciones de la NO sintasa constitutiva y regulación de su expresión: papel en la disfunción endotelial

Las células endoteliales generan NO al ser estimuladas por una gran variedad de agentes mediante la enzima NOSe. Entre estos agentes se encuentran la acetilcolina, la bradicinina, la sustancia P, el ADP o la trombina. El NO liberado por la actividad de la isoforma NOSe es el responsable de la vasorrelajación dependiente del endotelio.

El NO ejerce su efecto vasodilatador a través de la estimulación de la producción de guanosín monofosfato cíclico (GMPc) en las células de músculo liso vascular.
Se ha demostrado una mala respuesta vasodilatadora dependiente del endotelio en algunos modelos animales de hipertensión, aterosclerosis, menopausia o vejez.
Este efecto no se debe a un defecto en los receptores para la acetilcolina ya que también existe una mala respuesta vasodilatadora para otros agonistas.

Cuando nosotros sometemos a una columna de sangre a una fuerza centrífuga determinada, los elementos sólidos constituyentes de la sangre comienzan a acercarse a la pared del vaso (shear stress) -que, como ya vimos, se encuentra recubierto por esta capa de células llamadas endotelio- provocando la estimulación de la síntesis de las sustancias vasodilatadores antes mencionadas.

El shear stress estimula la síntesis de proteínas de la matriz intersticial, incrementa la migración y proliferación de las células endoteliales y favorece el estado protrombótico a través de modificaciones en la síntesis de activadores del plasminógeno.

Se ha demostrado in vitro que el shear stress disminuye la producción de endotelina 1 que es crucial para la producción de nPKC en los pericitos, y por tanto, también para que se produzca su contracción. Además aumenta la producción de NO y prostaciclinas que producirán mayor flujo y, en consecuencia, mayor alteración de la autorregulación.

El shear stress genera la producción persistente de NO que mantiene un tono vasodilatador constante. Los nitritos, sean por vía sublingual, oral, parenteral o transdérmica, son dadores de grupos nitro que liberan NO en la circulación, activan directamente la guadenilciclasa liberando cGMP en la célula muscular lisa y provocan una vasodilatación independiente de la acción del endotelio. Es decir, "endotelio independiente" y sin relación con el flujo.

Por lo anteriormente dicho, al aplicar nosotros una fuerza centrífuga (terapia de hipergravedad) controlada a un paciente con determinadas patologías de la microcirculación, generamos estas sustancias vasodilatadores que mejoran la íntima oxigenación de los tejidos mejorando las causas de estas enfermedades.

Autor: Dr. Outeiro Hector
MN 52388 - MP 27256 
Staff de ADELO 
-Asociación Argentina del Ozono-


Bibliografía

1. Rubanyi GM. The role of endothelium in cardiovascular homeostasis and diseases. J Cardiovasc Pharmacol 1993; 22(Suppl 4): S1-S14.
2. Ettenson DS, Gotlieb AI. Role of endothelial cells in vascular integrity and repair in atherosclerosis. In: Weinstein RS, (ed). Advances in Pathology and Laboratory Medicine. Vol 6. Mosby-Year Book, Inc., St. Louis (MO), 1993; 285-309.
3. Vanhoutte PM. How to assess endothelial function in human blood vessels. J Hypertension 1999; 17: 1047-1058.
4. Loscalzo J, Welch G. Nitric oxide and its role in the cardiovascular system. Prog Cardiovasc Dis 1995; 38: 87-104.
5. Panza JA, Cannon III RO (Eds): Endothelium, nitric oxide, and atherosclerosis. New York, Futura Publishing Inc, 1999.
6. Jones CJH, Kuo L, Davis MJ, et al. Role of nitric oxide in coronary microvascular responses to adenosine and increased metabolic demand. Circulation 1996; 91: 1807-1813
7. Cooke JP, Tsao PS. Go with the flow. Circulation 2001; 103: 2773-2775.
8. Miura H, Watchel RE, Liu Y, et al. Flow-induced dilation of human coronary arterioles: important role of Ca(2+)- activated K(+) channels. Circulation 2001; 103: 1992-1998.
9. Ludmer PL, Selwyn AP, Shook TL, et al. Paradoxical vasoconstriction induced by acetylcholine in atherosclerosis coronary arteries. N Engl J Med 1986; 315: 1046-1051.
10. Asakura K, Karino T. Flow patterns and spatial distribution of atherosclerosis lesions in human coronary arteries. Circ Res 1990; 66: 1045-1066.
11. Makek AM, Alper SL, Izumo S. Hemodynamic shear stress and its role in atherosclerosis. JAMA 1999; 282: 2035-2042.
12. Jabali S, Li YS, Soutedeth M. Shear stress activates p60src-Ras-MAPK signalling pathways in vascular endothelial cells. Arterioscler Thromb Vasc Biol 1998; 18: 227-234.
13. Feldman CL, Stone PH. Intravascular hemodynamic factors responsible for progression of coronary atherosclerosis and development of vulnerable plaque. Curr Opin in Cardiol 2000; 15: 430-440.
14. Cooke JP, Tsao PS. Is NO an endogenous antiatherogenic molecule? Arterioscler Thromb. 1994; 14: 753-759.
15. Baldwin A. The transcription factor NK-6B and human disease. J Clin Invest 2001; 107: 3-6.
16. Tak P, Firestein G. NF-6B. A key role in inflammatory disease. J Clin Invest 2001; 107: 7-11.
17. Libby P. Current concepts of the pathogenesis of the acute coronary syndrome. Circulation 2001; 104: 365-372.
18. Thurberg B, Collins T. The nuclear factor-kappa B/inhibitor of kappa B autoregulatory system and atherosclerosis. Curr Opin Lipidol 1998; 9: 387-396.
19. Marx N, Sukhova GK, Collins T. PPARa activators inhibitor cytokine-induced vascular cell adhesion molecule-1 expression in human endothelial cells. Circulation 1999; 99: 3125-3131.
20. Marx N, Mackman N, Schoenbeck U. PPAR a activators inhibit tissue factor expression and activity in human monocytes. Circulation 2001; 103: 213-219.
21. Dzau VJ. Vascular angiotensin pathways: a new therapeutic target. J Cardiovasc Pharmacol 1987; 10(Suppl 7): S9-S16.
22. Johnston CJ. Renin-angiotensin system: a dual tissue and hormonal system for cardiovascular control. J Cardiovasc Pharmacol 1992; 20(Suppl B): S1-S5.
23. Kawano H, Do YS, Kawano Y, et al. Angiotensin II has multiple profibrotic effects in human cardiac fibroblast. Circulation 2000; 101: 1130-1137.
24. Biasucci LM, Vitelli A, Liuzzo G, et al. Elevated levels of interleukin- 6 in unstable Angina.Circulation.1996;94: 874- 877.
25. Kacimi R, Long CS, Karliner JS. Chronic hypoxia modulates the interleukin-1ß-stimulated inducible nitric oxide synthase pathway in cardiac myocites. Circulation 1997; 96: 1937-1943.
26. Torre-Amione G, Kapadia S, Lee J, et al. Expression and functional significance of tumor necrosis factor receptors in human myocardium. Circulation 1995; 92: 1487-1493.
27. Smith SC, Allen PM. Neutralization of endogenous tumor necrosis factor ameliorates the severity of myosin-induced myocarditis. Circ Res 1992; 70: 856-863.
28. Matsumori A, Yamada T, Suzuki H, et al. Increased circulating cytokines in patients with myocarditis and cardiomyopathy. Br Heart J 1994; 72: 561-566.
29. Valen G, Yan Z, Hansson GK. Nuclear factor Kappa-B and the heart. J Am Coll Cardiol 2001; 38: 307-314.
30. Siragy H. Angiotensin II receptor blockers: review of the binding characteristics. Am J Cardiol 1999; 84(Suppl): 3-8.
31. Nickening G, Harrison DG. The AT1-type angiotensin receptor in oxidative stress and atherogenesis. Part I: oxidative stress and atherogenesis. Circulation 2002; 105: 393-396.
32. Benter IF, Ferrario CM, Morris M, Diz DI. Antihypertensive actions of angiotensin (1-7) in spontaneously hypertensive rats. Am J Physiol 1995; 269: H313-H319
33. Givertz MM, Sawyer DB, Colucci WS. Antioxidants and myocardial contractility. Illuminating the “dark side” of $-adrenergic receptor activation. Circulation 2001; 103: 782-783.